La mayoría de las terapias contra el alcoholismo usan parches o píldoras, depende del paciente usarlas o mantener el tratamiento. En el caso de la vacuna, el bloqueo es genético y, según Pablo Caviedes, subdirector del Centro de Investigación Clínica y de Estudios Farmacológicos (Cicef), basta una sola dosis para producir este efecto por un año en el paciente, tiempo que se estima suficiente para generar un cambio de hábito.
El trabajo que hoy se realiza en Brasil determinará, con pruebas en animales, las dosis exactas que se usarán en el estudio fase uno en humanos que se parte en marzo o abril de 2013 en Chile. Caviedes agregó que en los estudios se ha probado principalmente la administración endovenosa y probablemente será esa la vía que usen en humanos. La fase uno del estudio también incluirá la intervención de siquiatras, sicólogos, hepatólogos, asistentes sociales y una batería de exámenes que se realizarán durante todo el tiempo que dure la investigación y no existan daños negativos.
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